martes, 24 de septiembre de 2019

OREMOS (El sentido de la oración)

Siempre he pensado que los evangelios guardan sabiduría pura. Sabiduría que ha sido manipulada y/o mal interpretada, con el fin de someter al pueblo mundial.
Hace poco tuve luz sobre las enseñanzas que las sagradas escrituras guardan, mientras leía el libro de A. Jodorowsky "Evangelios para sanar". 
El señor Alejandro J. tiene una visión bastante acertada del verdadero significado, mas él sigue pensando que todo aquel relato tuvo lugar en el mundo real, de lo cual yo difiero, pues aceptando las escrituras como un manual de cómo funciona la mente (psiquis), se puede entender mucho mejor y con verdadero sentido, todo aquello. Igual que "UCDM", aún más fácil de leer que la biblia, y más explícito. Son libros que nos enseñan cómo desarrollar nuestra divinidad interior, como realizarnos y cómo funciona la mente. Toda otra interpretación es fantasía, además de que no ha hecho ningún bien a este mundo... HASTA AHORA.

Hoy quiero hablar de la oración en particular.
La oración es una forma de acallar el parloteo constante y continuo de la mente. Todos esos juicios, ideas, críticas, comparaciones, manías, ilusiones, deseos, proyecciones, etc., no son nuestros; no nos corresponden, pero nos invaden sin cesar.
El sentido de la oración es dejar el canal del pensamiento libre, para no generar ninguna sustancia química indeseada de forma inconsciente. Para preservar la paz, para conservarnos impasibles.

Definitivamente, debemos aceptar que nada sabemos en verdad.
Solo podemos contar con nuestra propia experiencia verificada y, aún así, el cerebro nos engaña, pues nuestra percepción limita la forma en que vemos la llamada realidad. Por tanto, hay que aceptar que el otro tiene tanta razón como nosotros y, como dice el kybalion: "Todas son verdades a medias"
A continuación quiero transmitir la oración más famosa de la historia con el enfoque de Jodorowsky y el mío juntos, para que quien busque luz, la vea en este instante como me ha sido mostrada en mí:

"Padre Nuestro...

Yo soy muchos, soy todas esas voces dentro mío que no me dejan en paz, por eso digo 'nuestro' en vez de 'mío'. 
Llamo a la máxima divinidad, al responsable y creador de mi realidad; al decir Padre, reconozco que en mí está la capacidad de crear de forma benévola e incondicional.

...Que estás en los Cielos...

Que te hallas allí donde las condiciones lo permiten: en el paraíso, en la paz, en la casa limpia que es mi mente sin pensamientos que la agitan. Allí, donde todo está en orden; está hablando de una condición.

...Santificado sea tu Nombre...

Un Nombre sin nombre, lo desconocido, lo innombrable. Lo indefinible, lo ilimitado. Santo es aquello no contemplado por nadie, porque es virgen, porque nadie ni nada lo ha ensuciado con su mirada. 
El estado de confianza.

...Venga a nos Tu Reino.

Poséeme! Estoy listo, estoy dispuesto. Acepto. 
Soy tu albergue en perfectas condiciones, ¡Habita en mí!

...Hágase Tu Voluntad...

Ya no quiero nada que no sea la verdad de lo que soy. Mi cuerpo lo entrego a la causa.

...En la tierra como en el cielo.

Integridad. Coherencia. 
Mi cuerpo es mi territorio donde puedo ejercer el único verdadero cambio y dominio en este mundo.
Mi cuerpo es la tierra: que yo sea capaz de lograr la ejecución de la acción con paz, amor y benevolencia.

El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.

Lléname de lo que sea (que tal vez yo no sé, pero Tú, sí) que me "falte" o necesite para mantenerme en estado de gracia. Una señal, sincronía... una palabra tuya bastará para sanarme.

Perdónanos nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.

No juzgar. Perdonar. 
Me perdono a mí mismo por los juicios que he emitido y perdono a mis hermanos por creer que me han herido. Sano en la medida que comprendo. Comprendo y libero. Olvido. Paciencia.

Y no nos dejes caer en la tentación...

No me dejes errar, ni caer en la tentación de emitir juicios. 
Dame fuerzas para SER el que Soy.

...Mas líbranos del mal.

El mal es el olvido de Dios, el olvido del Bien. Salir del centro. 

Porque Tuyo es el Reino, el Poder y la Gloria...

Paz, Voluntad y Conducción de la benevolencia de nuestro pensamiento = Integridad.

...Por los siglos de los siglos. Amén.

AHORA. 
En el Presente eternamente, estar siempre presente. Solo se está presente cuando se está conectado con el Todo.


Mi resumen final:

"Padre de mi mundo interno, 
dejo el espacio libre para que lo conviertas en el Reino de los Cielos. Estoy en paz, habita en mí.
No quiero nada, solo que seas conmigo. 
Confío con coherencia.
Lléname de ti. 
Perdono y no juzgo. No juzgo y perdono.
Dame luz para ser quien Soy.
Mantenme en el centro, donde pienso, siento y actúo en la Verdad AHORA y en cada ahora. 
Que así sea.
¡Gracias!"

¡Que la luz esté con vosotros!



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