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martes, 22 de mayo de 2012

Una historia de Amor

El sábado estuve descompuesta.
A nadie le gusta estar enfermo y mucho menos que el cuerpo te duela. Tuve todos los síntomas de una intoxicación alimentaria, más un agregado de mi parte para eliminar el mal que es el llanto repentino y aliviador.
Suelo llorar bastante así porque sí, sin motivo.
Llorar para mí es una técnica excelente de liberación, de sacar energías bajas que se han bloqueado en algún punto de mi ser. Algunos creen que llorar es de débiles pero yo creo que una persona débil es la que es presa de su ego y no es el ego el que me manda a llorar, sino mi espíritu.
A veces estas energías vienen de adentro, otras veces provienen de otras personas, lugares o situaciones, pero que, de alguna manera, se relacionan conmigo.
Esto le sucede a todo el mundo pero no todos se permiten expresar sus emociones completamente y hay otros que no necesitan esta herramienta.

La cuestión es que estaba tirada en un colchón lamentándome por el dolor físico y del alma. En ese momento, sin saber por qué, deseé tener un gato, lo dije en voz alta sin pensar.
Mi amor compañero me miró y se rió.
...Me encantan los gatos pero no pensaba tener uno, ni siquiera estaba pensando; fue más algo que sentí en un segundo que algo que pueda explicar con palabras, pero sentía esa necesidad, ese deseo profundo.
Me dormí temprano y al otro día, el domingo, me desperté tipo 9, super descansada y sin ninguna molestia.
Llovía.
No hice más que abrir los ojos y escuché el llanto de un gato... nos miramos con Marcos y nos reímos. Se oía un maullido agudo y fino con un eco de miedo y auxilio. Miré por mis ventanas y lo seguía oyendo pero no sabía de dónde venía.
Le dije a mi chico que iba a hacer las compras, y era cierto, aunque él sabía que antes haría otra cosa...

Me fui y crucé la calle; justo frente a mi casa hay una montaña. Ese día, un paisaje gris y mojado con tonos verdes.
Me guié por el maullido pero en cuanto me iba para un lado el eco hacía sonar el grito al otro extremo. Estuve así un rato, como un ratón corriendo en una rueda. Luego bajé otra vez y volví a subir por otro lado. Los coches pasaban y ahogaban la voz felina; quería silencio absoluto! 
Y entonces la vi: estaba debajo de una gran roca, escondida y llamando a su madre, me acerqué a ella y era tan pequeña e indefensa que me dí cuenta que el Universo me estaba llamando, que allí estaba Dios actuando a través de la sincronicidad y utilizándome como herramienta para salvar una vida, la vida que mi alma anheló el día anterior en su penada situación.
La cogí y estaba herida, le faltaba un poco de piel en su pie derecho y se había golpeado el ojito, además de estar mojada y resfriada.
Al cogerla estallé en un llanto divino, lleno de gracia. 
Entré a casa lo mas rápido que pude y se anunció con un maullido al que Marcos respondió con resignación: "Mariel, no!..."
Llorando con una mezcla de emociones que querían fluir le dije que no podía dejarla allí, así, con ese día y tan pequeña...
Pero nadie puede resistirse a la mirada triste y asustada de una gatita indefensa.

El estaba contento también, solo que era algo que no esperábamos, además de ser tan mágico todo, dentro de un perfecto orden de amor y armonía.

No era la primera vez que me pasaba una cosa así: Una vez hace un par de años, era sábado también, íbamos caminando por la calle y de repente le dije a Marcos: "Quiero un bebé, pero lo quiero de tres años, ahora!". Tampoco sabía porqué o para qué esa emoción se manifestaba, simplemente lo dije. Más tarde ese día fuimos a un evento de teatro y había una pareja con un niño llamado Blai (Blas en catalán), el niño vino y estuvo con nosotros todo el rato; y tenía unos 3 años!!!

Creo que ese estado donde entro y siento con tanto deseo repentino y que dura solo un segundo del tiempo terrenal, es lo que el Dr. Frank Kinslow y los físicos cuánticos llaman "el campo de punto cero", donde se crean todas las cosas; un espacio vacío lleno de energía ilimitada, lista para ser liberada en cualquier instante por cualquier ser capaz de conectar con él.
Mi conexión ha sido casual pero causal, ya que es una de las cosas que estoy estudiando en mi día a día y que cuando intento hacerlo deliberadamente, no lo logro.
Ahora estoy siendo consciente de ese campo y comprendo cada vez más lo que explica la física cuántica; supongo que en un par de años aprenderé a desarrollarlo y a llevarlo a cabo a voluntad, y luego podré trasmitirlo...

Por lo pronto, gracias por "oír" esta historia y os presento a :

CATY BON DI

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Una divinidad Caty, tu nahual tu compañia, el espiritu de la madre naturaleza que llega a estar contigo y cuidarte si tu nahual, cuidala mucho, ella va a ser tu confidente y tu mejor amiga.

Mar Bruja dijo...

Gracias Quien Seas!