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miércoles, 10 de noviembre de 2010

Soñadores y fantasiosos.

He visto y comprobado la diferencia entre: los soñadores, personas que sueñan y cada día realizan algo que tenga que ver con su sueño para poco a poco convertirlo en realidad; y los fantasiosos, personas que cuando su sueño es hecho realidad pierden interés y se dan cuenta que solo les atraía la fantasía en sí.

Es recomendable ser conscientes de nosotros mismos en esos aspectos, ya que, a pesar de que ninguno es mejor que el otro, uno debe saber cuándo desea llevar a cabo una acción o cuándo es preferible quedarse con la fantasía.
También hay otra clase de fantaseosos que cuando su sueño es realizado se dan cuenta de que les falta valor interior para vivirlo, y  por miedo o simplemente por fantasía se vuelven un paso atrás.

Escribiendo nuestros deseos en un papel es una buena forma de comprobarlo; allí puedes desglosar cada parte de tu deseo y saber si es verdadero(que proviene del corazón) o ilusorio(del ego).
Allí puedes ver claramente los porqué de ese deseo y no otro; los para qué, las causas y efectos y las excusas que te pones para no realizarlos, entre un montón de cosas más que podrías descubrir.
Es una manera más de conocerse a uno mismo.

Luego hay otra clase que son los soñadores que están realizando su sueño y no quieren despertar, quieren seguir soñando; se atormentan por que la vida les está dando todo lo que pidieron y tienen miedo de perderlo: ahora su sueño se convirtió en una pesadilla. Desde el punto de vista de la mente de estas personas es lo peor que les pudo suceder.
Pero aquí hay una gran pista de cómo solucionar este "tormento" aparente.
Cuando llegamos a una encrucijada de cualquier tipo significa que estamos a punto de profundizar más en nosotros, vamos a pasar al próximo nivel; significa que tenemos que investigar, buscar, probar, en definitiva, aprender por propia experiencia.
Si tomamos el "tormento" como un valioso maestro, podremos aprender lo que nos está enseñando, y así, el "problema" desaparece o se transmuta en aprendizaje.

El resultado es la paz y armonía interior, tanto cuando sueñas como cuando cumples tu sueño, y también, en el momento en que te permites fantasear y comprender el significado intrínseco que ese acto posee para ti.